Cambiando el rumbo

Hoy el lunes. Los fines de semana son lo suficientemente duros como para que piense las cosas, no una sino hasta mil veces.. Una y otra vez una y otra vez. Pues bien, he pensado que ya no voy a hablar de lo que echo de menos a Nuria. Eso ya lo tengo claro.

También tengo claro que ella me ama, y yo a ella. Pero ese no ha sido el problema. Todos los posts anteriores son referente a nuestro amor y al perdón pero eso jamás ha estado en duda. No dejamos esta relación porque no nos amemos. NO! Y ella ya me ha perdonado, estoy seguro!

Por eso desde hoy voy a cambiar el rumbo, pero.. haciendo donde? Hoy cambio el rumbo hacia la reconquista. Hacia algo menos dramático y más optimista. Hoy empiezo a acercar a Nuria más a mi.

Teniendo claro que me ha perdonado y que me ama con locura, tengo que trabajar en el kit de la cuestión: Mi forma de comportarme en algunos momentos puntuales y mi falta de transparencia en mi relación.

Empiezo a pensar cómo me hubiera sentido yo si la situación hubiera sido a la inversa. Comienzo a ser consciente de lo que he perdido sólo, por no ser lo suficientemente valiente como para afrontar una situación como esta. Comienzo a tener claro cuál debe ser mi camino con Nuria a partir de ahora. Porque no lo vamos a dejar definitivamente. Lo se!!

Estoy trabajando a diario para manejar este tipo de situaciones comprometidas para mi. Una terapia donde cada día me doy más cuenta de que lo que realmente importa es lo que soy y no lo que tengo y donde estoy siendo consciente de lo las cosas, teniendo siempre presente las consecuencias que éstos actos pueden acarrear.

Nuria te he fallado, he fallado a nuestra relación, a lo que habíamos construido. Tengo claro por donde debían haber ido las cosas pero no puedo dar marcha atrás. Lo que si puedo hacer es mirar hacia adelante y jamás volver a repetir los errores que he cometido durante estos meses anteriores.

Somos uno. Somos un equipo. Hemos salido de peores situaciones. Estoy seguro de que saldremos de esta pero tu tienes la última palabra. Tu decides si arrancamos el motor.

Yo creo que nos lo merecemos. Por lo que somos, por lo que hemos construido y por lo que aún nos queda por delante. Te juro que estoy haciendo un esfuerzo porque veas una versión mejorada de la persona de la que te has vuelto loco, y ya la tengo aquí.

Te amo. Te quiero. Te deseo a mi lado.