Cuando una relación se rompe, parece que se quiere romper con todo lo anterior y con todo lo que nos ha podido hacer daño.. Incluso puede que se llegue a pasar por la cabeza la idea de reiniciar todo en nuevo sitio, en un nuevo hogar.. Por qué no?
No voy a negar que siempre tuve la esperanza que Nuria y yo volvíamos a darnos una oportunidad, o mejor dicho, que Nuria me daba una oportunidad. Incluso cuando todo parecía perdido y cuando ya nadie era capaz de apostarse un céntimo por que nuestra relación tuviera un punto y seguido, yo lo hice, pero con algunos matices..
Pensé que posiblemente volver a casa sería volver a revivir la mierda, como cuando Nuria me insinuó que quizá no era una buena idea comer arroz a la cubana el viernes, ya que las últimas veces que lo hemos comido, hemos tenido una discusión.. Pues eso, pensaba que quizá tendría que comenzar a interiorizar que cabía la posibilidad de que Nuria me pidiese empezar de nuevo y empezar de cero, en otro lugar, construyendo nuestra casa y nuestro hogar en un sitio nuevo.
Eso podía pasar, pero antes Nuria tenía que decidir volver a casa. Mientras y para no acabar pegándome un tiro, comencé a pintar mi despacho por aquello de volver al mismo sitio pero con un aire diferente. Para mi fue un cambio de vida muy duro y necesitaba agarrarme a algo que me diera un toque de ilusión. Al ver lo que realmente nació en mi, pensé que si seguía por el resto de la casa, esa ilusión no sólo seguiría creciendo sino que además cuando Nuria volviese (siempre lo tuve claro), podría ver lo mismo que estaba viendo yo en aquel momento. Y así fue.
Aún recuerdo la primera ver que entró en la habitación y no vio la pared roja y si una habitación llena de luz, de calidez y por que no, de nuevas sensaciones.
Ambos comenzamos a ver el cambio de 'look' de la casa como una posible vía de escape para que la casa en si, no supusiera un estorbo a la hora de reescribir nuestra historia, y así mismo creo que lo estamos haciendo y además, consiguiendo.
Ahora se nos ve de otra forma, con ganas de seguir construyendo y unidos por una misma pasión. Se nos ve con la ilusión de querer aportar nuestro granito de arena para que la casa, nuestra casa se convierta en nuestro hogar, y no en la casa fría en la que vivíamos antes.
Tengo la sensación de que en esta fase de la relación sólo cabe meter cosas buenas dentro de nuestro saquito particular y cambiar la casa, redecorarla y andar pensando continuamente en cómo vamos a dejarla y qué es lo que deseamos de la casa en un futuro, no une aún más de lo que estamos. Y yo, reconozco que el papel que he adoptado de tener la voz cantante en los cambios, me encanta.
Estamos ante una parte del reto muy bonita. Esa parte que hace que no dejemos de pensar en nosotros, en buscar nuevos complementos para nuestro hogar, en ser capaces de cambiar el color de un muro hasta 3 veces porque ya tenemos claro lo que queremos.. Me encanta verme así y sobre todo, me encanta ver a Nuria tan feliz y tan ilusionada.
Otra vez, ahora si lo puedo decir con la boca bien grande, somos un equipo!