Cada vez queda menos, a penas 10 días para un viaje al que llevamos esperando como poco, un par de años.. O al menos Nuria! He de reconocer que poco a poco, conforme se va acercando el momento me apetece más. Hace 2 años ni de coña, por aquello de mi simpatía hacia el pueblo italiano y sus galanes acosadores come-pizzas, pero siempre tuve en mi cabeza que tarde o temprano llegaría el momento de tener que ir a la capital italiana. Y ese momento ha llegado.
Cuando pensé en que tenía que darle una sorpresa a Nuria que la dejara boquiabierta, no se por qué pero lo primero que se me vino a la cabeza fue este viaje. Realmente no pensé mucho en mi, más que como un mero acompañante y organizador de tan especial viaje, pero repito, cada vez más me encanta. Pienso que además de ver monumentos, pasear por sus calles, comer helado como un animal y disfrutar de su espectacular pasta y café, tendremos una oportunidad de unirnos más aún si cabe.
Los viajes para nosotros siempre han sido un estímulo evidente de lo que es nuestra pareja. Aventurera, sueños, ilusión, conjunción y disfrute.. No recuerdo ningún viaje que no recordemos con especial cariño y cada uno de ellos, nos ha unido de una manera diferente.
Estoy seguro de que este viaje marcará una fecha importante en nuestras vidas. No en vano vamos a celebrar mi cumpleaños allí y nada puede ser más perfecto. En la ciudad del amor, con la persona más importante de mi vida en un momento en el que despegamos. Siempre recordaré mis 37 años.